domingo, 29 de abril de 2012

Palabras para vender, palabras para soñar


Inauguramos este blog dando algunos consejos sobre cómo “cosechar” textos. 
Para crear nuestros escritos, a los que hemos llamado cariñosamente fresas debido a su parecido en el laborioso proceso de cuidado que requieren y a la amplia oferta gastronómica que ofrecen, necesitamos el consejo de aquellos que saben lo que se hacen.
En Palabras para vender, palabras para soñar, Juan Rey describe y analiza el mundo de la redacción publicitaria.  Se trata de un libro en el que se abordan las características de este tipo de redacción, así como cada una de sus formas (cartas, folletos, prensa, vallas, audiovisuales…) en profundidad.
El libro trata la redacción publicitaria como lo que es, una aplicación concreta de la redacción con unos rasgos propios que la diferencian de las demás modalidades redaccionales. Uno de los atributos que la diferencia es el imperativo económico: es un texto escrito por encargo con la finalidad de modificar la conducta del receptor. Así pues, en todos los apartados teóricos del libro el texto está tratado de modo que se adapte al destinatario, y es por eso que se le da mucha importancia a la función conativa del lenguaje. El texto será más o menos decisivo en la publicidad dependiendo de si se pone más énfasis en el canal verbal o en el icónico.
Palabras para vender, palabras para soñar ofrece una exhaustiva lista de consejos y definiciones teóricas para escribir un texto publicitario pero, tal y como dice al final del libro, todas estas reglas y consejos no tienen otra  finalidad que llegar a la eficacia comunicativa. Si para llegar a ésta es necesario infringir las normas, Juan Rey nos aconseja que lo hagamos.
A continuación adjuntamos la versión online de este libro: http://es.scribd.com/doc/40683125/Palabras-para-vender-palabras-para-sonar-Introduccion-a-la-redaccion-publicitaria-REY-Juan


Pastel de fresas
Cristina Sánchez Sánchez


Menos es más.


Iniciamos la sección Morfología de la fresa, sección que dedicaremos al análisis de campañas de publicidad y relaciones públicas, con el análisis del eslogan de la pieza Think small.
Esta pieza publicitaria de Volkswagen está considerada uno de los mejores anuncios gráficos del siglo XX: en la década de los 50 no solo cambió los gustos automovilísticos de medio mundo sino que supuso una nueva forma de concebir la publicidad. Este éxito fue la consecuencia de una unión simbiótica entre imagen y texto, es decir, que su fuerza recae en un tratamiento perfecto del campo visual y del campo redaccional por parte del director de arte y del copy writer.
El eslogan, Think small., es corto y aparentemente sencillo. Sin embargo, el resultado no deja indiferente a nadie puesto que junto a la imagen hiperboliza la mayor característica del automóvil: el tamaño. A diferencia de en anuncios predecesores el eslogan juega con la inteligencia del receptor y lejos de querer explicar explícita y exhaustivamente todos los beneficios del producto opta por atraer la atención de una forma minimalista aunque no menos efectiva. Este juego también se fundamenta en la metáfora hecha acerca del pensar, puesto que relaciona el pensamiento humano (Think) con un adjetivo vinculado a la percepción visual (small.) creando un nuevo concepto que solo puede ser entendido figuradamente.
Quizá uno de los motivos por los que este eslogan es aún recordado hoy en día es que da respuesta a la incertidumbre que ese pequeño Beetle situado en la parte superior izquierda nos proporciona. Sabemos que este automóvil es de dimensiones reducidas y sin embargo dicho rasgo ilustrado de una forma tan literal crea un clima de tensión.
Dedicamos esta primera publicación a la campaña Think small. porque es la perfecta demostración de que lo más importante no son las palabras sino saber cómo y cuándo utilizarlas, y es que este anuncio no ha pasado a la historia gracias a su corpus textual sino gracias a ese eslogan lo suficientemente potente como para cambiar una imagen de marca basada en el nazismo.

Mousse de fresa - Clara Rodriguez